jueves, 5 de abril de 2012

"No vale la pena sonreír"

Cuando eres pequeña, todo siempre te parece más fácil. Tus únicas preocupaciones, son; a qué juego jugar, qué vas a comer y elegir los dibujos que tocan ese día. Tus padres discuten, pero tú estás en otro mundo, jugando con tus juguetes. Lo malo, es que sin importarle al tiempo tu felicidad, empieza a correr. Llegas a una edad, que esas discusiones te hacen parecer débil y lloras desconsoladamente todas las noches. Sigues llorando porque no te gusta nada de tu cuerpo o de ti misma y después solo sabes sonreír ante la gente, fingiendo una sonrisa que hace años no sale de verdad.


No le gusta que la llamen "sabelotodo" por el simple hecho de que la hayan ascendido un curso más. No le gusta estudiar, más bien lo odia. Quién lo diría, con esas notas. Pero siempre ha tenido en mente una cosa : los estudios me van a sacar de este infierno. Por eso estudia, no soporta a sus padres. Y está decidida, la universidad va a ser lo más lejos posible de su ciudad natal, la cual adora.
Está encerrada en su habitación, en la cama, con el portátil abierto y la música algo alta para no escuchar las peleas que tienen sus padres, "por su culpa". Lo único que le alivia, es esa chica que tiene en frente de la cámara.
- ¿Otra vez están igual?
No contestó, estaba haciéndose una trenza y como sabía que la otra chica la estaba mirando, se encogió de hombros, como quitandole la verdadera importancia que eso tenía.
- Te voy a contar algo que muy poca gente sabe de mí, creo... Que solo lo sabe mi hermano.
Gracia siguió mirando la pantalla, expectante por lo que aquella chica le iba a confesar. Se conocían desde hacía dos años, donde se conocieron por una red social por pura casualidad y de ahí... Comparten todo, pero al distancia les perjudica, por lo que no se han visto nunca.
- Un segundo, Gracia. - Colocó de banda sonora la canción de "Caricias a tu espalda". Aquella canción era la que compartían ambas chicas. - ¡Venga, que empiezo! ... Hace tiempo, mientras miraba las estrellas, pensé, ¿a la gente le gustaría un bibliocafé? Imagínate, la gente va a leer y se toma un café o un donut... - Cada vez, iba bajando más la voz, hasta que casi era a penas audible.
- Me gusta esa idea... - Asintió, sonriendo. Aunque era cierto, que su amiga la había sacado de un libro, pero no le iba a quitar la ilusión.


"Hay días en los que es mejor no despertarse."
Habían pasado el día en el Skate-Park. Pero las cosas no habían salido como ellos habían planeado en silencio, cada uno desde un lado de la ciudad, aquella noche, después de que ella se enterase de verdad que Pablo estaba por ella. Porque aquel día en el que él no fue capaz de decírselo, sino que la invitó a comer, se volvió a conectar y se lo soltó todo en un segundo.
Y allí habían estado tres días después. El día en el que él sería capaz de besar a Carmen, de robarle el primer beso a la chica, pero nada fue como un cuento de hadas.
-¡Carol, que me voy, que hoy es mi gran día!
-¡Mucha suerte y pasadlo bien!
Cuando Pablo llegó, estaba bastante nervioso por lo que podía pasar a continuación, así que cogió la tabla de skyte y empezó a patinar por un rato. Pero cuando volvió, que iba a sentarse con un grupo de amigos que habían ido por su cuenta al recinto, el patinete se le cayó de la mano...
- N-no puede ser... - murmuraba.
Ese día iba a ser realmente perfecto, no entendía porqué, ella, ahora estaba en los brazos de otros. ¿Qué había hecho mal? Había llegado con media hora de antelación, se había olvidado de su vergüenza y se lo había dicho... ¿Qué más quería de él?
-¡Pablo!
- ¿Carmen?
Los nervios le habían jugado una mala pasada. Solamente había visto un pelo idéntico al de la chica, y ya se había pensado que... Negó y la cogió de la cintura, dándole dos besos. El verdadero, era para el final.
Pero sin embargo, cuando estaba a punto de contarle todo el plan a la chica, ésta le dijo que se encontraba verdaderamente mal, que la perdonase pero que se iba. Quedaron incluso para el día siguiente, pero a la vuelta de casa de Pablo, la vio sentada en un bar, riendo y de todo.
Hay veces, en que las personas de dentro, desearían que los cristales fuesen tintados como los de los coches, pero esta vez, Carmen tuvo que llorar en silencio, viendo como el chico que le había dicho todo lo que sentía tres días atrás, se iba, dolido...

1 comentario:

  1. Lo que me pregunto yo es que por qué cataplines (por no decir otra palabra xD) no te comenté antes!! ¡¡¡¿POR QUÉ?!!! Me tiraría por la ventana ahora mismo si no fuera porque quiero que subas pronto. Quiero saber como continúa todo.
    UN BESO MUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUY GRANDE Y UN GRAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAN ABRAZO QUE LO ACOMPAÑE :DDD
    PD: ESPERO POR TU BIEN QUE SEPAS QUIEN SOY
    PD2: @Pauladrowse (por si no lo recordabas que seguro que si)

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